
Más de la mitad de los consumidores -53%- ignoran que cualquier producto nuevo que compre cuenta con tres años de garantía por ley, según indica una encuesta encargada por la Asociación de Consumidores de Navarra Irache. Esto significa que cualquier defecto del producto tendrá que ser reparado por el vendedor de forma gratuita. Para poder reclamarlo, es fundamental conservar el tique de compra.
Desde enero de 2022, todos los bienes de consumo que compramos en España cuentan con tres años de garantía, frente a los dos que tenían hasta entonces. Esto significa que en los tres años siguientes a la compra cualquier defecto del producto que venga de fábrica tendrá que ser reparado de forma gratuita por el vendedor, salvo que el desperfecto haya sido producido por el consumidor.
Por ejemplo, si compro una lavadora y dentro de los tres primeros años no funciona bien, el vendedor deberá repararla de forma totalmente gratuita: no podrá cobrar al consumidor ni por mano de obra, ni por las piezas de recambio utilizadas.
Las consultas sobre las garantías de los productos son continuas en Irache y se dan con todo tipo de productos, aunque es aún más frecuente con artículos electrónicos, como teléfonos, tabletas u ordenadores, donde el sistema operativo puede fallar, o en electrodomésticos que no dan las prestaciones prometidas.
Durante dos años se presume que el defecto viene de la venta
En los dos años siguientes a la entrega del bien se presumirá que los defectos o faltas de conformidad que surjan ya existían en el momento de la venta. En este plazo será el vendedor -o, en su caso, el fabricante- quien, si no quiere hacerse cargo de la reparación, deberá demostrar que el defecto surgido no existía en el momento de la venta y que se debe a algún mal uso posterior del consumidor. Antes, este plazo era de seis meses.
Hay que tener en cuenta que, una vez pasado el plazo de presunción, es el consumidor quien debe demostrar que el defecto proviene del momento de la venta. Esto dificulta mucho que el vendedor se haga cargo del problema, ya que puede obligar al consumidor a encargar un informe que demuestre que el defecto provenía de origen.
Así, con los anteriores plazos era habitual que, pasados los seis primeros meses desde la compra, si empezaba a fallar el móvil, por ejemplo, y el cliente lo llevaba a la tienda, le dijesen que era un problema que él había provocado -por algún golpe, por mojarlo o sin especificar de qué manera- y que ellos no se hacían cargo. Esto hacía que generalmente el consumidor tuviese que pagar la reparación. Ahora este plazo es de dos años y, aunque se siguen dando problemas, durante este tiempo el vendedor debe hacerse cargo del defecto salvo que cuente con un informe que certifique que el defecto se produjo posteriormente a la compra.
Durante un año se debe responder por el arreglo en garantía
Si me reparan un aparato en garantía, el empresario deberá responder durante un año de cualquier problema que surja con el arreglo efectuado.
Cuando el consumidor entregue un bien por un problema en garantía, el vendedor debe entregarle un documento que acredite la fecha y el motivo de la entrega. Igualmente deberá facilitar otro documento que indique la fecha en que se le devuelve el producto y la reparación efectuada.
En segunda mano, se puede reducir a un año
Hay que tener en cuenta que los plazos señalados hasta ahora se refieren siempre a los productos nuevos. Si se trata de un artículo de segunda mano, los plazos pueden cambiar: aunque en principio son los mismos, el vendedor y el comprador pueden pactar reducir el tiempo de garantía que, eso sí, tendrá que ser como mínimo de un año. El plazo de presunción de que el defecto proviene de la venta tampoco podrá ser menos de un año.
Es importante tener en cuenta que la reducción del plazo de garantía debe constar en el contrato; si no es así, tendrá los mismos plazos de garantía que un producto nuevo.
Por ello, si compro una bicicleta de segunda mano en una tienda y en el contrato consta que la garantía es de un año, se presumirá que las averías que surjan en este plazo provienen de defectos de la bici en el momento de la compra. El vendedor deberá repararla a su costa, salvo que un informe indique expresamente que el defecto no estaba cuando se produjo la compra y se debe a algún mal uso del consumidor. Si en el contrato no se reduce la garantía, la garantía será de tres años y durante los dos primeros se presumirá que el defecto es responsabilidad del vendedor.
Es importante tener en cuenta que hablamos de compras a establecimientos o empresas. Si el vendedor es un particular, entra en juego el código civil, con unos códigos diferentes a la ley de consumidores.
Garantía comercial añadida
Muchas marcas o establecimientos ofrecen una garantía añadida (cinco, ocho, diez años…) como estrategia comercial, más amplia que la legal de tres años, pero sujeta a unas condiciones determinadas. Así como la garantía legal no supone ninguna obligación para el comprador, la garantía comercial sí puede tener requisitos.
Puede que esta garantía comercial obligue, por ejemplo, a pagar un extra, a hacer revisiones del producto en los establecimientos del fabricante, a darse de alta en un registro o que esté limitada a algunas de las prestaciones de la compra, pero no a todas. En cualquier caso, que exista una garantía comercial nunca elimina los derechos de garantía que tenemos por normativa todos los consumidores. Antes de aceptar una garantía comercial, conviene revisar detenidamente sus condiciones.
Diez años de recambios desde que deja de fabricarse
También desde 2022, los fabricantes deben garantizar la existencia “de un adecuado servicio técnico, así como de repuestos” durante el plazo mínimo de diez años a partir de la fecha en que el producto deje de fabricarse.
De esta manera, si mi modelo de lavavajillas deja de hacerse en 2026, hasta 2036 el fabricante tendría que garantizar que haya un adecuado servicio técnico, así como repuestos para las reparaciones. Antes el plazo era de cinco años.