CRECEN LOS PROBLEMAS VECINALES DERIVADOS POR SITUACIONES DE MOROSIDAD

Los problemas vecinales han aumentado en los últimos años, según una encuesta de la Asociación de Consumidores de Navarra Irache. La crisis económica ha aumentado el número de problemas entre personas que comparten vecindario. Solamente en las oficinas dirigidas por «Irache» en Navarra en el primer semestre hemos contabilizado cerca de 2.400 consultas y reclamaciones acerca de distintos temas comunitarios.
De hecho en los dos últimos años se han doblado los problemas pasando de un 3% a un 6% el número de personas que habiendo comprado una vivienda recientemente tienen problemas de comunidad.

Los jóvenes, los más molestos

Por franjas de edad, los más jóvenes son los que se muestran más molestos con sus vecinos -un 15% tiene quejas de sus vecinos- y el porcentaje va bajando paralelamente a la edad de los encuestados.
El principal motivo de las quejas comunitarias lo constituyen los impagos de las cuotas de comunidad. De hecho, en Irache se ha constatado en las últimas fechas un aumento de este tipo de situaciones. En los últimos meses, se han recibido numerosas consultas por parte de socios que se han visto perjudicados porque alguno de sus vecinos no paga su cuota de la comunidad o la derrama  aprobada por la junta de propietarios para afrontar una reforma.

Más vecinos que no pagan cuotas

Buena parte de los casos recibidos han sido por vecinos que no pagan las cuotas de comunidad, destinadas al pago de la limpieza del portal y escaleras, luz eléctrica y agua corriente, así como el seguro de comunidad, entre otros conceptos.
Por ejemplo, se dan casos de comunidades de vecinos formadas por ocho o diez viviendas, en las que dos o tres vecinos no quieren pagar los gastos de comunidad. En estos casos, los restantes vecinos están afrontando de su bolsillo los gastos comunitarios, y ello a pesar de que los vecinos morosos disfrutan de luz en la escalera, usan el ascensor y tienen el portal limpio.En otros casos, el vecino moroso no vive en el inmueble, y se niega a pagar los gastos alegando que «no vive allí».
 
No pueden afrontar los pagos de una obra aprobada por la comunidad

En muchas ocasiones, los problemas surgen cuando uno o varios vecinos no quieren pagar los gastos extraordinarios que conlleva la realización de una obra en la comunidad, como por ejemplo la reparación del tejado, la instalación de un ascensor o una reforma de portal. Muchos asociados acuden a Irache temerosos de que, si no se paga toda la obra porque hay vecinos que no cumplen con sus cuotas, ésta no finalice o la propia empresa encargada denuncie a la comunidad.
Sin embargo, si hay buena voluntad, es posible llegar a acuerdos con el vecino moroso. Esto sucedió en un edificio en el que se aprobó realizar una obra para reformar el portal. Los trabajos iban a suponer un pago de unos tres mil euros para cada vecino. Una pareja, cuando ya había pagado dos mil euros, comunicó que no podía afrontar más gastos por su situación económica, ya que se habían quedado ambos en paro. En estos casos, la Junta puede presentar, una vez que ha requerido al pago a los vecinos morosos, una demanda judicial. Sin embargo, la Comunidad prefirió llegar a un acuerdo con los afectados para que éstos fuesen pagando la deuda en plazos más amplios, hasta que mejorase su situación laboral.
En otros casos, es la propia Comunidad la que se muestra reacia a realizar un desembolso a pesar de que sea una obra necesaria para la conservación del inmueble. Por ejemplo, son muy frecuentes los casos en que los vecinos de los últimos pisos tienen que requerir formalmente a la comunidad al arreglo del tejado porque sufren goteras en su vivienda.

¿Qué soluciones se pueden adoptar en estos casos?

Lo cierto es que en muchas ocasiones la única opción que tienen los vecinos es reclamar judicialmente el pago de las cuotas.  Si un vecino no paga las cuotas correspondientes y la comunidad cree agotadas todas las vías amistosas, la comunidad puede acudir a la vía judicial, utilizando el proceso monitorio, un proceso judicial relativamente rápido para el cobro de deudas. Para ello, es necesario que la Junta de Propietarios apruebe la liquidación de la deuda, y que dicho acuerdo se notifique al propietario afectado. También será preciso que el secretario de la Comunidad certifique el acuerdo de la Junta en el que se aprueba la liquidación de la deuda, con el visto bueno del Presidente.

Alteraciones de la fachada sin permiso de la Comunidad

Otro aspecto muy conflictivo es la instalación de elementos en los balcones o fachadas del edificio. En principio, no se pueden alterar los elementos comunes sin contar con el consentimiento de la Comunidad de Propietarios. Por ello, antes de realizar obras o introducir  elementos que afecten a la fachada del edificio, hay que solicitar su aprobación por parte de la Junta de Propietarios. Este tipo de cuestiones suele ser muy conflictivo porque hay gente que, efectivamente, no pide permiso a la Junta para poner un tipo de toldo o perforar la fachada para instalar un aparato de aire acondicionado.

El vecino me molesta con los ruidos que produce

También suele haber casos de personas que se quejan por las actividades que realizan sus vecinos. La ley contempla la posibilidad de solicitar medidas cautelares para el caso de que se realicen en la comunidad de vecinos actividades dañosas, insalubres, nocivas  o ilícitas. Por ejemplo, si nuestro vecino es carpintero y se lleva trabajo a su casa utilizando máquinas ruidosas a partir de las diez de la noche. Al propietario y al ocupante del piso o local de negocio no le está permitido desarrollar en él actividades prohibidas por los estatutos que resulten dañosas para la finca.
Es fundamental para solucionar este problema intentar, en primer lugar, solucionar la cuestión directamente con el vecino. Si mediante el diálogo no se obtienen resultados, es muy conveniente conseguir pruebas que acrediten las molestias y su continuidad, esto se hace por medio de requerimientos, denuncias, testigos, etc.  Hay que acudir también al presidente de la comunidad para que requiera al vecino al cese inmediato de las molestias indicándole que en caso contrario se tomarán medidas judiciales. Si no hace caso a este requerimiento la junta debe tomar el acuerdo de autorizar al presidente para entablar esas acciones judiciales.
Son ejemplos habituales el caso del vecino que toca un instrumento en las horas de la siesta, o el del que organiza fiestas o pone la música alta por la noche. Este tema puede realmente ser muy  molesto y crear relaciones de verdadera enemistad, pero las soluciones legales no son fáciles, por las dificultades que surgen para acreditar las molestias.