DECENAS DE RECLAMACIONES POR VENTAS A DOMICILIO DE APARATOS DOMÉSTICOS

La Asociación de Consumidores de Navarra Irache ha recibido en los últimos meses decenas de reclamaciones sobre ventas a domicilio de aparatos domésticos. En algunos casos han llegado a pagar más de tres mil euros por productos tan variados como sillones masajeadores, aparatos de tonificación corporal, fajas para mejorar la circulación, colchones, purificadores de agua, lavadoras, televisores, enciclopedias, sartenes o relojes. Algunas de estas personas, una vez firmada la compra y al ver el coste que supone, se arrepienten y quieren echarlo atrás.

La situación suele ser la siguiente: suena el timbre y, al abrir la puerta, un comercial comienza a explicar las bonanzas de uno o varios aparatos. En muchas ocasiones se afirman que estos aparatos tienen propiedades para la salud personal o la higiene. Finalmente, consigue que el consumidor firme una orden de compra. Es habitual que en una visita no se venda solo un producto sino varios.

Los consumidores no tienen claro qué han comprado o el coste final

En ocasiones los consumidores no tienen claro qué es lo que han firmado y solo posteriormente se dan cuenta del importe que han accedido a pagar o de que había aparatos que no le hacían ninguna falta. En muchos de los casos las personas que firman estas compras son de edad avanzada.

La camilla o el lavatorio no tenían las propiedades curativas esperadas

Una persona compró un aparato para lavarse los pies, una camilla de masaje y varios productos relacionados con la higiene y la salud. Cuando se dio cuenta de que lo comprado no tenía las propiedades curativas que el comercial le había asegurado, reclamó y consiguió que le devolviesen los más de tres mil euros pagados. Otra persona compró un aparato de presoterapia, una faja, extensores, un colchón y un humidificador, por más de 4.000 euros. Está reclamando su cambio porque no funciona bien.

Catorce días para anular la compra

En este tipo de ventas el consumidor tiene catorce días desde que recibe el producto para echarse atrás. Es el derecho de desistimiento que recoge la ley de consumo. Debe dirigirse de forma fehaciente a la empresa para comunicar que ejerce este derecho y cancela el contrato.

La dificultad estriba en que cuando muchas personas se dan cuenta y quieren anularlo ya ha pasado este plazo de catorce días. A partir de ahí las posibilidades de recuperar el dinero son más limitadas ya que se cuenta con un contrato firmado en el que el consumidor, supuestamente, ha aceptado la compra.

El purificador no evita el gasto en productos de limpieza

Otras veces sucede que el producto no ofrece las ventajas, a veces muy llamativas, que aseguraba el comercial. Así ha pasado en algunos casos con un purificador de agua. Pese a que en su publicidad se asegura un ahorro del 100% en productos de limpieza, algunos consumidores se sienten engañados porque, una vez comprado el purificador, han tenido que seguir utilizando detergentes al uso para la limpieza del hogar.

Dejar de pagar las cuotas puede generar intereses

Dado el alto importe de estas compras, muchas de ellas son financiadas y los consumidores las van pagando por cuotas mensuales durante meses. Algunos afectados se sienten engañados con los productos comprados y deciden dejar de pagar las cuotas. Esta situación puede ser contraproducente, ya que, si hay de por medio un contrato de financiación, el impago puede generar nuevos intereses y elevar considerablemente la deuda. Hay personas que han acudido a Irache porque han recibido un requerimiento de pago de la entidad financiera.

En muchas ventas se incluyen productos de diferente naturaleza. Así le sucedió a una persona de más de ochenta años a la que vendieron un sillón de relax y una colección de enciclopedias. Pagó por el lote completo 1.350 euros. Cuando sus familiares lo advirtieron, comunicaron la anulación del contrato dentro de los catorce días y ahora están a la espera de que les devuelvan el dinero.

Le dieron otra colección diferente, que ya había comprado años atrás

En otro caso, el lote comercial incluía una colección enciclopédica, un aspirador y unos relojes de pared. Sin embargo, él había solicitado una colección biográfica y le llegó una sobre temática científica que, además, ya había adquirido años atrás. En este caso, como había un incumplimiento del contrato, se reclamó la devolución del dinero.

Se han dado casos más extremos, como los de una persona de más de ochenta años y que sufría una demencia. Tras varias visitas de comerciales a domicilio, acabó adquiriendo una deuda de más de veinte mil euros. Se reclamó la anulación aportando los informes médicos del afectado y finalmente, bien vía amistosa, bien vía judicial, se consiguió la anulación de la deuda.

No es recomendable firmar nada en la visita de un comercial

En cualquier caso, Irache recomienda no firmar ninguna clase de documento cuando comerciales llaman a la puerta de casa. Si el producto le parece interesante, siempre puede pedir la documentación y darse unos días para pensarlo detenidamente.

Si, por lo que fuese, se ha acabado firmando una compra y quiere echarse atrás es muy importante hacerlo en los catorce días siguientes a recibir el producto. Además, conviene hacerlo de forma fehaciente para poder demostrar que se realizó el desistimiento dentro del plazo legal. En estos casos, es necesario conservar, además del comprobante del desistimiento, el contrato y cualquier justificante de pago.

También se dan ventas de este tipo de productos en reuniones organizadas para este fin en hoteles u otros locales. En estos casos, los organizadores suelen llamar a los consumidores por teléfono para convocarles y en muchas ocasiones ofrecen como gancho un obsequio, como una botella de aceite o unas botellas de vino, por ejemplo.