IRACHE RECIBE MÁS DE 300 CONSULTAS Y QUEJAS POR FALSAS OFERTAS DE EMPLEO

La Asociación de Consumidores de Navarra Irache ha recibido desde comienzos de año más de trescientas consultas y quejas por fraudes relacionados con supuestas ofertas de trabajo. Entre los problemas más frecuentes están las llamadas a números de tarificación adicional o los contratos que, lejos de asegurar un trabajo, son en realidad cursos para preparar oposiciones cuyo coste puede acercarse a los dos mil euros.

A través del teléfono

Varias personas que llevaban tiempo buscando trabajo vieron unos anuncios pegados en paradas de autobús y en farolas en los que se ofrecían puestos como peón de obra y de almacén y para contactar se daba un teléfono de contacto. Cuando llamaron, les explicaron que para hablar sobre la oferta en concreto había que llamar a otro número que le facilitaron.
Al llamar a este segundo número, les atendió un operario que les hizo todo tipo de preguntas y se extendió en la explicación del trabajo. Algunas de las personas estuvieron más de doce minutos al teléfono, pese a que la oferta de trabajo no acabó de concretarse. Únicamente les explicaron que, si superaban la siguiente fase, se le llamaría. O que si no, volviese a llamar en quince días. Pasadas dos semanas algunos de ellos hicieron una nueva llamada en la que se repitió el mismo proceso. No volvieron a tener noticias pero cuando llegó la factura telefónica, algunas de ellas se habían encarecido hasta cuarenta euros.

Empleo que es formación

Un anuncio en el periódico ofrecía empleo público. A las personas que llamaron, les citaron en unas oficinas días más tarde. Allí, una persona fue presentando individualmente un trabajo prácticamente seguro, del que les facilitó el horario o el salario y le convenció para firmar un contrato de entre 1.600 y 2.000 euros.
Estas personas se dieron cuenta de su error cuando recibieron el temario de la oposición. Al pedir explicaciones, les dijeron que habían firmado un contrato de formación. Efectivamente, el documento firmado especificaba que no garantizaba un puesto de trabajo o plaza de funcionario.

Fotocopia del DNI

L. vio en una página web una oferta de buzonero y, al interesarse por ella, fue citado en una cafetería. Allí mantuvo una entrevista con una persona muy “educada y amable”, que le hizo ver que el puesto de trabajo ya era suyo con toda seguridad. Le pidió una fotocopia del DNI para hacer las supuestas gestiones e inscribirle en la empresa y le dijo que en una segunda entrevista concretarían el día para empezar. Además, le facilitó una tarjeta con su número de teléfono.
Tres semanas después, como el teléfono no sonaba, L. marcó el número facilitado y comprobó, para su sorpresa, que era el de un particular que nada sabía del asunto. Semanas después, recibió una carta de un banco para exigirle las cuotas de amortización de un crédito de 5.000 euros en el que, para concederlo, se había facilitado la fotocopia de su DNI.

Trabajo gratis

P. se enteró por un amigo de una oferta para trabajar como comercial. Aunque no era su formación, le pareció una buena opción tras varios años en el paro. Acudió a un día de formación y le invitaron a acompañar al día siguiente a un agente comercial. Así, fueron durante horas de casa en casa para vender pólizas de salud.
Cuando, superada la prueba, al día siguiente acudió a firmar el supuesto contrato, el sueldo era muy inferior al que le habían prometido. Cuando expresó su sorpresa, le dijeron que esto era lo que le podían ofrecer. Como no le convencía, pidió que le pagasen lo correspondiente al día trabajado y a los contratos conseguidos, pero le explicaron que no tenían que pagarle nada porque sólo se había tratado de formación y finalmente no se había establecido ninguna relación contractual.

Dinero para material

Además, algunas personas vieron una oferta en internet para realizar trabajos manuales en casa. Para ello, les pedían ingresos de entre 25 y 50 euros en una cuenta, dirigidos para pagar el material necesario para llevar a cabo el trabajo. Una vez que abonaron el dinero, no tuvieron manera de volver a contactar con los supuestos contratantes.
En otros casos se trata de ofertas de cursos de formación online que les permitirá acceder a un puesto de trabajo. Sin embargo el consumidor finalmente se da cuenta que ni existe el curso, ni mucho menos el empleo.
Como puede verse algunas de estas prácticas, que aprovechan la necesidad de trabajo de muchas personas, son fraudes claros pero en otras no se puede hablar de ilegalidad. En cualquiera de los casos, el consumidor tiene muchas dificultades para recuperar el dinero perdido y, por ello, es más sencillo ser precavido y evitar caer en estos engaños.

PARA QUE NO LE ENGAÑEN

– No se fíe de anuncios pegados en las marquesinas, farolas o portales.
– No adelante nunca dinero.
– No dé sus datos personales o documentos de identidad si no se trata de un contrato en regla.
– Exija una copia de cualquier contrato.
– No llame a números de tarificación adicional.
– No comience a trabajar sin haber firmado un contrato laboral.
– Antes de firmar un contrato, asegúrese de que está en regla. Y de que su objeto es el que le han prometido.