IRACHE RECIBIO 4.600 CONSULTAS SOBRE COMUNIDADES DE VECINOS EL PASADO AÑO

By 30 enero, 2015 NOTICIAS, NOTICIAS DESTACADAS.

La Asociación de Consumidores de Navarra Irache recibió el año pasado 4.600 consultas por problemas entre vecinos. En su mayor parte, se buscaba asesoramiento sobre cómo actuar ante impagos de las cuotas por parte de algunos propietarios y de problemas con las cuentas de la comunidad. Junto a ellos, también fueron habituales los conflictos por obras en el edificio o dificultades de convivencia entre los residentes.

En los últimos años han aumentado las consultas por vecinos morosos

En los últimos años se han producido un progresivo aumento de las personas que han acudido a la Asociación porque no sabían qué hacer frente a vecinos de la comunidad que no estaban pagando las cuotas que les correspondían. Una queja que antes era puntual, ahora se está convirtiendo en algo más habitual, probablemente debido a la crisis y a las dificultades económicas de muchas familias.

De hecho, según el III Estudio global sobre la morosidad en comunidades de propietarios en España, la morosidad en Navarra habría alcanzado en 2013 -aún no hay datos de 2014- los 21 millones de euros y habría subido un 2,20% respecto al año anterior.

En ocasiones estas deudas pueden alcanzar los miles de euros ya que, cuando acuden los vecinos a explicar el problema, pueden llevar ya meses o incluso años en los que el vecino no ha pagado lo que le corresponde como propietario.

Algunos no pueden pagar la limpieza, la calefacción o la luz

A veces se trata de los gastos ordinarios de la comunidad para sufragar servicios como la limpieza, la luz del portal o la calefacción del edificio. Así, ha habido casos en los que vecinos que no podían pagar debido a su situación económica se han ofrecido para realizar trabajos de limpieza o mantenimiento. Hay que tener en cuenta que, según comunidades, el importe puede variar notablemente, desde los veinte a los cien euros mensuales, en función de si hay ascensor, jardín común, piscina o servicio de portería, por ejemplo.

Impagos de obras que ya han empezado

En otras ocasiones, las deudas se refieren a mejoras en el edificio o a nuevas infraestructuras aprobadas en la junta de vecinos, como por ejemplo, la instalación del ascensor. En estos casos, la comunidad se puede ver obligada a cubrir el impago del vecino moroso ya que, si los representantes de la comunidad han firmado el contrato de las obras y no se paga lo convenido, se corre el riesgo de que el trabajo se paralice, además de posibles responsabilidades que pueda exigir la empresa contratada.

Distinguir entre obras de conservación y de mejora

En todo caso, habría que distinguir entre las obras necesarias para la conservación del inmueble, que todos los vecinos están obligados a costear, de las que no son exigibles. En estos últimos casos, y cuando la cuota exceda de tres mensualidades ordinarias, el vecino que muestre su oposición no estará obligado a pagar.
Como obras de conservación, son frecuentes los casos en que los vecinos de los últimos pisos tienen que requerir formalmente a la comunidad el arreglo del tejado porque sufren goteras en su vivienda o las reticencias de los locales comerciales a pagar mejoras en el portal, por ejemplo. En cualquier caso, la ley obliga a las comunidades de vecinos a crear un fondo de reserva de al menos el 5% del presupuesto de la comunidad para la conservación o reparación del edificio.
Aunque siempre es más recomendable llegar a un acuerdo amistoso, lo cierto es que en muchas ocasiones la única opción que tienen los vecinos es reclamar judicialmente el pago de las cuotas.

Falta de información sobre las cuentas

Otro tema repetido en las consultas de vecindad, además de los propietarios que no pagan, es el de cuestiones relacionadas con la administración de las cuentas de la comunidad. Numerosas personas han acudido preocupadas porque consideran que el administrador no informa con claridad sobre las cuentas de la comunidad o por el estado de los pagos en obras de rehabilitación o instalación de ascensor, por ejemplo.

Ruidos

Han acudido a la Asociación igualmente personas que se quejaban de los ruidos que generaba algún vecino o de los usos que se estaban dando a elementos comunes, como jardines o trasteros. Junto a ello, se han planteado dudas sobre las mayorías necesarias para tomar decisiones y afrontar obras así como la obligación y funciones que corresponden cuando se es nombrado presidente de la comunidad.

Algunos casos curiosos:

– Una persona acudió a Irache a quejarse por la instalación de un aire acondicionado del vecino de abajo porque según decía, el vapor de agua que producía el aparato, llegaba a su vivienda y producía humedad. Se le aconsejó que pidiese información al presidente, quien le aportó el acta en la que en Junta se autorizó a este vecino a instalarlo. Con esta autorización, sólo quedaba poder demostrar con un informe pericial el daño que causaba en su vivienda, algo que no pudo hacer.
 
– Una persona acudió a la Asociación para explicar que el hijo de sus vecinos tocaba todas las noches el saxo y no le dejaba dormir. Trató de explicárselo a los padres del músico pero estos dijeron que lo necesitaba porque estaba estudiando en el conservatorio y no podía practicar en otro horario. Ante esto, sólo quedaba probar las molestias con una medición de la policía, que no superó los decibelios permitidos.

– Una persona se quejó porque, a pesar de aprobar en junta que en el parque vecinal estaba prohibido pasear perros, veía todas las noches hacerlo a un vecino. Como este vecino no hacía caso a las indicaciones de que no podía pasear su perro ahí, decidió sacarle fotos. En la siguiente asamblea de vecinos, instó a que se insistiese en la prohibición. La junta decidió poner un cartel recordatorio en todos los portales que conformaban la comunidad y, al parecer, el vecino comenzó a hacer el paseo nocturno del perro en otro lugar.
 
– Una persona explicó en Irache que desde hace un tiempo oía en su vivienda continuamente un zumbido y lo atribuía a una instalación telefónica instalada en la comunidad años atrás. Sin embargo, ningún otro vecino decía oír nada raro. Llamó a la policía municipal pero la medición no apreció ningún sonido extraño. Aun así, contactó con los técnicos de la compañía telefónica, quienes revisaron un cajetín de fibra óptica del vecino de abajo, que no ofrecía ningún problema.

– Una persona se quejaba porque unos chavales dejaban continuamente las bicicletas en un cuarto común. Desde Irache, se le sugirió que se informase en los estatutos de la comunidad del uso de esta estancia. Así lo hizo y comprobó que el cuarto debía ser utilizado para almacenar exclusivamente materiales propiedad de la comunidad o de obras que se estuviesen realizando en el portal. Tras ello, se recordó en un cartel que no se podía utilizar para guardar bicicletas particulares y los vecinos dejaron de hacerlo.

– Una persona se quejaba de que oía todos los ruidos que se producían en el baño de sus vecinos de arriba e incluso las deposiciones del inodoro caían al suyo. Desde Irache, se le explicó que podía tratarse de un defecto constructivo. Por ello, el vecino contrató un informe pericial que confirmaba esta posibilidad y con él se reclamó a la constructora la reparación del defecto, que efectivamente lo arregló semanas después.