Maider había cogido un viaje desde Madrid a Múnich, donde iba a pasar una semana por temas laborales. Sólo unas horas antes del vuelo, le llegó un aviso por SMS de que el vuelo se había cancelado “por cuestiones ajenas” a la compañía aérea. A través de su empresa, Maider consiguió billete para otro vuelo al día siguiente. Mientras, tuvo que pasar la noche en un hotel cercano al aeropuerto.
Tras dirigirse a la compañía aérea, esta accedió a pagar la devolución del billete más los 400 euros por compensación que marca el Reglamento Europeo en estos casos. Sin embargo, no le abonaron la habitación de hotel en la que tuvo que pasar la noche. Un técnico de consumo se dirigió en su nombre a la compañía, y exigió el pago de la factura de la noche de hotel que adjuntó. Finalmente, la compañía también abonó los 133 euros correspondientes, por lo que el abono final superó los 700 euros.