MAS DE 4.500 CONSULTAS Y RECLAMACIONES SOBRE COMUNIDADES DE VECINOS

By 13 febrero, 2012 NOTICIAS, NOTICIAS DESTACADAS.

Los vecinos nos molestan cada vez más. O eso parece indicar el número de consultas o quejas recibidas en la Asociación de Consumidores de Navarra Irache sobre problemas en las comunidades de vecinos, que en el 2011 llegaron a 4.800 casos. Los principales problemas tuvieron que ver con vecinos que no pagan, con el ascensor, la calefacción o las obras en el edificio.

Los casos son muy variados, desde vecinos que no quieren asumir los gastos de limpieza y prefieren hacerlos por su cuenta a personas que siguen con goteras en casa porque la comunidad no se hace cargo de la reparación; desde enfrentamientos por el arreglo de la fachada del edificio a los problemas por el ruido provocado por un vecino que trabaja con el taladro en casa pasada la medianoche.

Dudas sobre las mayorías necesarias para tomar decisiones

Junto a vecinos que comentan todo tipo de cuestiones, es frecuente que acudan personas para preguntar por las mayorías que se necesitan para adoptar decisiones, los derechos y obligaciones que tiene como miembros de la comunidad o el papel que tienen que desempeñar el presidente o el secretario, por ejemplo.

Vecinos que no pagan

En los últimos tiempos han aumentado los problemas en los vecindarios por personas que no pagan sus deudas. Estas suelen hacer referencia tanto a gastos ordinarios de la comunidad -limpieza, luz, calefacción, seguro, portería…- como a obras de reformas que ya han comenzado. En medio del trabajo, algunos vecinos comunican que ha empeorado su situación económica y no pueden hacer frente a los gastos comprometidos. Sin embargo, la comunidad se ve obligada a cumplir el contrato de reforma que ha firmado.

Otras situaciones que se repiten son las derramas, los gastos añadidos a los ordinarios por cualquier eventualidad, como daños en las tuberías del edificio que el seguro no cubre, y que algunas personas no están dispuestas a asumir aún cuando han sido aprobadas de forma adecuada.

Siempre es mejor tratar de arreglar los problemas de impago de forma amistosa. Pero si no hay manera de llegar a un entendimiento, la Junta puede requerir el pago de forma fehaciente, acordar su liquidación, notificársela y, si no responde, reclamarlo en el juzgado.

El vecino que se lleva el trabajo a casa

El descanso, el confort y la tranquilidad que otorga el encontrarse uno en su casa se ve alterado, en ocasiones, por las actuaciones de algunos vecinos, que mediante ruidos, alteran la convivencia en una comunidad. No es infrecuente atender casos de personas que tienen que soportar el ruido de un vecino que organiza asiduamente fiestas durante la noche, que pone la música muy elevada, o incluso algún caso en el que un vecino trabajaba con un taladro en su vivienda pasada la medianoche.

En estos casos, en primer lugar hay que comunicar los hechos al propio vecino, y tratar de llegar a un entendimiento con él. Si no es posible, es recomendable poner al corriente de este asunto al administrador. Es aconsejable igualmente que se comunique a Policía Municipal la existencia de ruidos, para que efectúen una medición y adopten las medidas oportunas. En último término, la Comunidad podría emprender una acción de cesación frente al vecino infractor.
 
El ascensor, fuente de conflictos

Otro de los conflictos más frecuentes es el de la instalación del ascensor. En muchas ocasiones, algunos vecinos quieren ponerlo -personas mayores y pisos más altos- y otros no lo consideran necesario, dado que se trata de una obra de un coste importante -dependiendo del caso, puede superar los cien mil euros-. Como regla general, la instalación del ascensor requiere la aprobación de tres quintas partes del total de propietarios que, a su vez, representen las tres quintas partes de las cuotas de participación. Sin embargo,  si la finalidad del ascensor es la supresión de barreras arquitectónicas que dificulten el acceso o movilidad de personas con minusvalía o mayores de 70 años, es suficiente con el voto favorable de la mayoría de los propietarios, que a su vez representen la mayoría de las cuotas de participación.

El coste lo deben afrontar todos los vecinos, independientemente del uso que hagan del ascensor. Ha sido conflictiva la participación de locales comerciales o bajos en la instalación del ascensor pero el Tribunal Supremo ya determinó que un acuerdo válido de la Junta “obliga a todos los comuneros”, por lo que todos los vecinos, incluidos pisos o locales bajos, tendrán que participar en su pago.

Hay que pagar las obras de accesibilidad si el gasto no supera doce mensualidades ordinarias

Todos los miembros de una comunidad tienen que sufragar las obras de accesibilidad del portal, siempre que algún vecino discapacitado o mayor de setenta años solicite las obras. Basta con que los trabajos en cuestión no supongan para cada propietario un gasto que supere lo que correspondería a doce meses de gastos comunes. Este límite ha sido ampliado en agosto con la reforma de la Ley de Propiedad Horizontal, para adaptarla a la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad. Hasta entonces, estas obras no podían suponer más de tres meses de gastos ordinarios para cada vecino.

Sin embargo, podrán eximirse de la obligación de pagar estas obras solicitadas por un discapacitado o mayor de setenta años, las familias que tengan ingresos anuales inferiores a 2,5 veces el IPREM, excepto cuando estas familias reciban ayudas públicas que impidan que el coste anual de las obras repercutidas supere el 33% de sus ingresos anuales.

Este límite legal sólo opera en los casos en los que las obras son solicitadas por un discapacitado o mayor de setenta años y no superan las doce mensualidades de gastos comunes. Por el contrario, cuando sea la Comunidad la que adopte válidamente el acuerdo de realizar obras de accesibilidad, toda la comunidad quedará obligada al pago de los gastos, aun cuando su importe exceda de doce mensualidades.