UNO DE CADA TRES COMPRADORES DE VIVIENDA NUEVA HA TENIDO ALGUN PROBLEMA

By 27 junio, 2014 NOTICIAS, NOTICIAS DESTACADAS.

El 31% de las personas que han comprado vivienda en los últimos diez años ha tenido algún problema con ella, según indica una encuesta encargada por la Asociación de Consumidores de Navarra Irache. El mayor número de conflictos para los que han adquirido una vivienda tienen que ver con los defectos de construcción, que suponen el 24%. El 4% ha sufrido problemas vecinales y un 3% se ha encontrado con que el tamaño de la vivienda no era el esperado. Son las personas de entre 30 y 45 años las que en mayor porcentaje han comprado vivienda -un 49%- en la última década.

La promotora tarda en responder

De entre los defectos de la vivienda, los problemas más habituales suelen ser los llamados defectos de habitabilidad, principalmente las humedades y los problemas de aislamiento. Si se está dentro del plazo de los tres años desde la compra, la promotora debería hacerse cargo de los gastos de reparación. Sin embargo, son frecuentes los casos en los que los consumidores, como la promotora tarda en responder y tienen que arreglar el defecto, contratan por su cuenta los arreglos y reclaman posteriormente el pago a la promotora con arreglo a la legislación.
Si la promotora no acepta costear los arreglos, el consumidor se puede ver obligado a acudir a la vía judicial, para lo que suele ser necesario un informe pericial que determine la causa de los defectos que han aparecido en la vivienda.

Seguro decenal y elementos comunes que duran pocos años

Además, con la llegada de la crisis hay cada vez más empresas del sector de la construcción en dificultades económicas. En los últimos años, se dan más casos en los que el propietario de una casa descubre, cuando solicita que reparen algún desperfecto de la vivienda, que la empresa promotora o constructora ha cerrado. Cuando se trata de defectos estructurales del edificio y no hayan pasado diez años desde el acta de recepción de la obra, el consumidor podrá reclamar al seguro decenal, que el promotor de las viviendas estaba obligado a contratar.
Otros casos repetidos son los problemas en la vivienda porque se han utilizado materiales de menor calidad y más barato. En este sentido, también hay malestar en algunos edificios nuevos porque elementos comunes se averían a los pocos años, pero pasado el plazo de garantía, y hay que sustituirlos con el consiguiente sobrecoste, unos elementos que en edificios más antiguos han tenido una mayor vida útil. En otros casos, ha habido numerosas personas que han acudido a Irache molestos porque consideran que su piso está mal aislado y, por ejemplo, oyen continuamente los coches que entran en el garaje del edificio.

Uno, tres o diez años según el tipo de defecto constructivo

Tras la entrega de una vivienda, el vendedor deberá responder de los defectos de terminación y acabado de las obras, como hendiduras o golpes, producidos dentro del año a partir de la fecha en que se entregó la vivienda. En cuanto a las humedades, problemas de aislamiento u otros defectos que afecten a la habitabilidad, el promotor deberá responder por ellos siempre que se produzcan dentro de los tres primeros años desde la entrega.
Por último, el plazo es diez años para los errores que afecten a los elementos estructurales que comprometan la resistencia y la estabilidad del edificio. 

Hay que comunicar el defecto antes de que transcurran dos años desde su aparición

El consumidor tiene dos años para reclamar un defecto desde que lo detecta y conviene hacerlo por escrito y de forma fehaciente. Es recomendable realizar la comunicación incluso cuando sepamos que ésta no va a ser atendida, ya que puede ser fundamental si se quiere llevar el problema a los tribunales.

Las obras a realizar, causa de problemas vecinales

Un 4% de los inquilinos sufren problemas vecinales. Han aumentado los casos de vecinos que no pagan las cuotas o los pagos de obras ya aprobadas, los problemas por la instalación de un ascensor y también se dan conflictos por problemas de convivencia, fundamentalmente por ruidos o por la utilización de espacios comunes, como el paseo de perros en parques vecinales.